La producción, elaboración y comercialización de alimentos se encuentra en constante evolución. Como consecuencia de ellos los controles de calidad, la fiscalización también deberá evolucionar en el mismo sentido y a la misma velocidad.

Las enfermedades transmitidas por los alimentos, no han disminuido en nuestro país, esto nos demuestra que las estrategias empleadas hasta la actualidad no han generado respuestas adecuadas. El mundo moderno ha incorporado el análisis de riesgos como la metodología para asegurar la inocuidad de los alimentos.

Cuando se utiliza el análisis de riesgos para establecer normas alimentarias y otras medidas de control de los alimentos, se fomenta una evaluación científica global, una amplia participación de las partes interesadas, la transparencia de los procesos, el trato coherente de los distintos riesgos y un proceso sistemático de toma de decisiones por los responsables de la gestión de riesgos.

Para lograr este cambio es necesaria una capacitación general y específica que otorguen a los inspectores las herramientas necesarias para su ejecución.

Esta capacitación es imprescindible para los inspectores bromatológicos para lograr un sistema eficiente de control de los alimentos. Frente al cambio en los sistemas alimentarios, los inspectores deben recibir capacitación en ciencia y tecnología de la alimentación, identificación de los problemas potenciales de inocuidad y calidad y tener los conocimientos y experiencia necesarios para inspeccionar los locales, recoger muestras de alimentos y llevar a cabo una evaluación global.

• Establecer e instalar en las Direcciones de Bromatología Municipales la necesidad de este tipo de capacitaciones a sus inspectores para lograr una fiscalización adecuada de empresas que presenten sistemas de aseguramiento de la calidad.
• Optimizar los procesos de inspección y contralador sanitario.
• Además en función del cambio de rol del inspector, desarrollar políticas de asesoramiento a los elaboradores, productores y comercializadores de alimentos como agentes sanitarios.

• Se espera que al finalizar este curso los inspectores se encuentren en condiciones de poder realizar verdaderas auditorias para asegurar la inocuidad de los alimentos que consume la población.
• Que el inspector bromatológico evolucione, que cambie su rol, pasando de una acción meramente punitiva a una acción preventiva.
• Que los consumidores cambien la imagen del inspector, confiando en ellos la garantía de inocuidad de los alimentos y que los elaboradores y productores tomen al inspector bromatológico como un asesor o agente sanitario.